El amor de Karla y Godofredo floreció en un espléndido día soleado, en un jardín rebosante de vida y color. La naturaleza se convirtió en cómplice de su unión, creando un escenario mágico para su boda al aire libre.
Como su fotógrafo, tuve el privilegio de capturar la esencia de su amor, reflejada en cada mirada cómplice, cada sonrisa radiante y cada lágrima de felicidad.